Hablando de estos placeres que no nos podemos dar muy seguido, he recordado al ver la cara de nuestro Presidente, estartegicamente colocado por detras del señor a quien vemos està a punto de patear, lo rico que es agredir a la gente sin ningùn motivo. Miren la cara de Alan por Dios y diganme si no parece estar disfrutando el momento previo a la famosa patada en las cuatroletras que impulsò su campaña electoral a campos polìticos jamàs imaginados. Eso si, al pueblo le gustan los presidentes con complejo equino. Masme pateas, maste quiero. con razòn dicen que tenemos los gobernantes que nos merecemos. Una patada, eso nos merecemos!!!
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