viernes, febrero 28, 2020

Sobre gente simple.


Hola:
Mi nombre es Pedro y soy lo que se dice "un hombre simple". Mi papá era un hombre simple y mi mamá fue una mujer simple. Crecí en una casa simple.  En casa, la simpleza era una religión, un estilo de vida. Nosotros vivíamos simplemente, bajo unos protocolos bien simples, y nadie rompía esos protocolos porque eran ley. Nadie creía en destacar ni quería destacar: "eso es para otra gente" decía mi padre, quien siempre buscaba la posición mas alejada del centro, cuando le tomaban una foto de grupo (normalmente en la esquina inferior izquierda, donde nadie mira jamás). Mi mamá se escondía en el montón cuando había una reunión de padres de familia y así nadie o casi nadie notaba que había asistido. En el colegio, yo me sentaba en medio de la clase, donde la profesora no nota tu presencia porque estas muy atrás de los chancones y muy adelante de los que hacían chacota. La mitad de mi vida, y gracias al simplísimo estilo familiar, pasé desapercibido tanto en mi vida social como en los campos estudiantil y profesional, pues siempre escogí el área promedio. Solía inclusive   vestir de gris para que mi monocromancia no atrajera miradas que buscaran color. Estaba ahí al medio, siempre lo estuve, y casi fui invisible. Llegué inclusive a estudiar en una universidad simple, tener una carrera simple y un sueldo mas simple aún, y mi adorado anonimato se volvió con los años, maravillosamente impenetrable. La vida (mi vida) era en efecto simple y justa, pues cuando tus aspiraciones están al ras del piso, nada te parece ni muy malo ni muy bueno. Vivir era como quien dice, "un asunto demasiado simple".
Pero un 7 de noviembre de un año que no podía ser mas simple llegó ella. Si, ella con su voz a un volumen inadecuado y con esa actitud que solo poseen los condenados a la atraccion masiva inmediata. Ella era un arcoiris, una canción cantada en un tono mas alto que el resto de las canciones, un rayo de luz en la oscuridad, una ecuación que demuestra un teorema y a la vez lo deja sin efecto. Ella era visible a millas de distancia,  era inevitable, imposible e increíble.
Entonces ella, lo volvió todo mas simple. Ahora ya no pienso tanto y solo la amo. Ya no hago esfuerzos por pasar desaparcibido y dejo que la gente vea en mí lo que sea, ya no me importa ser reconocido, siempre y cuando sea reconocido a su lado. Ya no desaparezco en las fotos porque soy la mitad de todas su selfies. Ya no busco ser olvidado, pues quiero que la humanidad recuerde que ella y yo somos uno. Ya no visto de gris, ya no soy invisible, ya no soy la historia que nadie recordará. Hoy soy yo y soy ella, y eso es lo mas simple de contar de toda esta historia.

LANM